Para mí....

La semana pasada, hizo sentirme así:

Es curioso,
la vida me está matando,

¿Qué haré por todo este tiempo?
mirando, mirando el proceso.

Es triste,
comenzar desde ya la extinción,
de los fuegos humanos, secretos,
de las esperanzas también humanas.

Para Violeta...

Por estos días se recuerda una fecha muy especial. Hace 39 años, un 5 de Febrero de 1967, se marchó una persona de esas, que llamamos a veces, imprescindibles, pero es preferible mencionar que estas personas se quedan para siempre con nosotros, y en este caso todo se inmortaliza porque todo nuestro territorio quedó con las huellas de la creación de esta mujer excepcional.

Hablamos de Violeta Parra, cantautora, compositora, poetisa, artista plástica, mujer de lucha, de principios. No sabemos aún a qué se debió que esta persona tomara la drástica decisión de dejar de existir, pensando en que estaba en el momento más prolífico de su obra artística. Son los misterios de la vida, de la sensibilidad de los seres humanos.

Además del objetivo central de este artículo, que es precisamente homenajear y evitar que por nuestra tierra se olvide a quien fuera la mayor recopiladora del folclor nacional, las tradiciones, el conocimiento del propio territorio, Violeta también es responsable de impulsar a gran cantidad de creadores, muchos de los cuales llevaron a cabo el hermoso proyecto de "La Nueva Canción Chilena", integrado por artistas como Victor Jara, Patricio Manns, y los propios hijos de Violeta, Ángel e Isabel Parra; todos ellos, inmortalizando el legado de esta gran mujer y además, inspirándose en la manera en que Violeta desarrolló su creación artística, y también aportando en el rescate de la creación de nuestra tierra.

Es por ello y mucho más, que debemos dar gracias a Violeta Parra.
¡Muchas Gracias!
¡Y jamás olvidaremos tu legado!


Y por eso, aquí les va un poema que no es muy conocido, que forma parte de la obra "Canto para una Semilla", que a comienzos de los 70, fue musicalizada por Luis Advis, e interpretada por Inti Illimani e Isabel Parra:

La Esperanza

Yo no protesto por migo
porque soy muy poca cosa.
Reclamo porque a la fosa
van las penas del mendigo.

Potreros con más frijoles
es lo que aquí se reclama.
Pa'l pobre una buena cama
y un cielo con arreboles.

Me amarga la situación
cómo cambiarla pudiera.
Pero ordenaré el problema
al ritmo de una canción.

Me cruzan por la cabeza
como palomas los sueños.
Mi voluntad jura empeño
de arrear con esta pobreza.

Válgame Dios cómo están
todos los pobres cristianos
en este mundo inhumano
partidos mitá a mitá.
Del rico es esta maldad
lo digo muy conmovido.
Dijo el Señor a María
son para todos las flores,
los montes, los arreboles.
¿Porqué el pudiente se olvida?

Si el sol pudieran guardarlo
lo hicieran de buena gana
de noche, tarde y mañana
quisieran acapararlo.
Por suerte que pa' alcanzarlo
se necesitan cojones.
De rabia esconden las flores
las meten en calabozos
privando al pobre rotoso
de sus radiantes colores.

No puede ni el más flamante
pasar en indiferencia
si brilla en nuestra conciencia
amor por los semejantes.

En este mundo moderno
qué sabe el pobre del queso,
caldo de papa sin hueso,
menos sabe lo que es terno
por casa callampa, infierno
de lata y ladrillos viejos.
¿Cómo le aguanta el pellejo?
Eso sí que no lo sé
pero bien sé que el burgués
se pita al pobre verdejo.

No pierdo las esperanzas
de que esto tenga su arreglo.
Un día este pobre pueblo
tendrá una feliz mudanza.
El toro sólo se amansa
montándolo bien en pelo.
No tengo ningún recelo
de verlo vuelto tirilla
cuando se dé la tortilla
la vuelta que tanto anhelo.

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